sábado, 12 de noviembre de 2011

Por las vías del maldito Rock & Roll

¿El que no grita GUASONES, para qué carajo vino? Entre cantitos, las luces ya prendidas; la ansiedad hacía de la espera un tiempo bastante parecido a lo eterno. Todos cantaban, bailaban y aplaudían; Atenas pedía a gritos la salida de Guasones.
Cuando llegó el momento esperado, el club estalló en silbidos y aplausos. Sonaron los primeros acordes de la noche y el recital empezaba en las calles de Buenos Airescon Shaila Show. 
En un increíble recital de poco más de dos horas, Facundo Sotto y su banda se lucieron. Tocaron temas de su último cd, Parque de depresiones: Heaven or Hell, Me estás tratando mal, Esperándote, Camellos; entre otras. No dejaron de hacer un recorrido de sus trabajos anteriores, incluyendo canciones como Descuida ma´ son sólo ratas, Caballo loco, Amaneciendo, Baila Baila, 100 años, Reyes de la noche, Dame.
Las luces blancas y de colores, iluminaban las formas caprichosas que el humo tomaba, y en el medio de esa magia, como un gigante, como un dios, aparecía Facu, con su voz, con sus movimientos frenéticos que no dejo de desparramar por todo el escenario. Los demás integrantes, en cada tema, le agregaban a esa noche, un sonido increíble, que hacía que la tierra temblara, y que las ganas de saltar no pararán nunca.
Se despedían, pero había algo que los tenía como atrapados: su público que siempre pedía un poco más. Se despedían, sí, pero la música volvía a sonar una vez más.
Pasadas las 12 de la noche, se iban. Eran los Reyes, los reyes de la noche y sus súbditos gritaban hasta la próxima. El humo todavía flotaba en el aire y sus figuras resaltaban. Todo fue aplausos, todo fue salto, música, música, música.