Astro rey.
Cuando caminaba por la calle, muchas veces sentía su sol, el que llevaba entre ceja y ceja. Le hacía cosquillas, sin quemarle ni dejarle heridas. Era un sol amable, que la cuidaba, y mantenía dentro suyo, una cálida sensación. Su caminar era especial; su cuerpo soltaba una energía especial, como un campo magnético. Su mirar no era común, y atrapaba a las pupilas que le dedicarán unos minutos. Y si, no cualquiera anda por las calles de esta ciudad con un sol entre los ojos.