sábado, 20 de agosto de 2011

Otra vez del Libro de los Abrazos-



Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadlofflo llevó a descubrirla.
 Viajaron al sur.
 Ella, la mar, estaba mas allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas dunas de arena, después de mucho caminar, la mar estallo ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor que el niño quedo mudo de hermosura.
 Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre;
- ¡Ayúdame a mirar!

(La función del arte. Galeano.)